
En los últimos años el movimiento comunidades compasivas se ha desarrollado en distintas ciudades de España, y en Huesca ha llegado el momento de unirse a esta visión que supone un cambio de paradigma social, tan importante como necesario, que en realidad centra toda la atención en un foco:
El alivio del sufrimiento humano.










Impregnar a la sociedad con una filosofía de cuidado compasivo y crear redes comunitarias que se responsabilicen de acoger el envejecimiento, la enfermedad y la muerte sin mirar para otro lado, dotándola para ello de los recursos necesarios que promuevan el alivio del sufrimiento del enfermo y su entorno, por un lado y el autocuidado por otro.
Así el camino nos dirigirá a la atención integralde todas las necesidades, no solo físicas, también psicoemocionales y sociales, sin olvidar el centro espiritual de todo ser humano, de las personas que transitan el proceso de morir y los que le rodean, desde un marco coordinado tanto profesional-institucional como social y del entramado de la red comunitaria construida.
Todo el proceso empodera a una comunidad sensible con el que sufre, con base en el compromiso, el cuidado, la compasión, la responsabilidad y la solidaridad, que nace en la humanidad compartida que nos une y el inevitable movimiento hacia el acompañamiento y el deseo de aliviar dicho sufrimiento.
